LA PÁGINA DE LOS CORREDORES

Cinco trucos para levantarse a correr sí o sí

Cinco trucos para levantarse a correr sí o sí

La regularidad es la clave para el éxito de un corredor. Y esto no significa ser un corredor que gana todas las carreras, sino uno que logra sus propias metas, sea correr cinco minutos seguidos o completar una ultramaratón. A continuación le damos algunos trucos para no fallar en el intento de escaparse de la cama y salir a correr. 

 1. Ponga el despertador lejos. Lo suficientemente lejos para que tenga que ponerse de pie para apagarlo. Y máximo volumen ayuda también. La mayoría de veces que fallo al levantarme es porque ni siquiera me di cuenta cuando sonó el despertador y lo apagué. Fue una tarea tan fácil de ejecutar que la hice sin despertarme. Es en serio. Luego me levanto (ya tarde, ya para qué) y me enojo con el teléfono por no haber sonado. Mi esposa me confirma que sí sonó, y que yo lo apagué. El truco que siempre funciona es poner el teléfono lejos, dos metros al menos. Así me obligo a ponerme de pie para apagar el despertador, y esto es suficiente para despertarme “de verdad”. 

 2. Levántese y vístase. Así que suena el despertador y volamos el manazo para callarlo. De los siguientes 10 segundos depende que cumplamos el entrenamiento o que fallemos miserablemente. Son esos segundos en los que el sueño nos quiere abrazar de nuevo y las cobijas se sienten más arrulladoras que nunca. Afuera hace frío, quizás esté lloviznando o simplemente la cama nos abraza con demasiada fuerza. Y es bajo esas deliciosas sensaciones que debemos tomar una decisión clave: seguir ahí “cinco minutos más” (léase, una hora más y fallar el entrenamiento) o abandonar esa delicia de cama y el rico sueño para meterse al frío de la mañana y sufrir corriendo. El truco es el siguiente: levántese, póngase las tenis, la pantaloneta y la camisa de correr. Simplemente hágalo. Luego de esto si quiere vuelva a la cama, cobíjese y siga durmiendo con todo y ropa deportiva. Pero lo más seguro es que, ya vestido y con las tenis puestas, decida salir a correr. Esto funciona el 99% de las veces, pero no puedo negar que una o dos veces he dormido con camisa Dry Fit. 

 3. Aliste el uniforme la noche anterior. Y déjelo cerca sobre una silla o en la mesa de noche. Esto servirá un doble propósito: primero, nos prepara mentalmente para el entreno del día siguiente, ya vamos mentalizados a levantarnos temprano y correr. Segundo, es motivante abrir los ojos y ver que tenemos ya todo listo para salir. Además, de esta forma el trámite de vestirse será más rápido y sencillo.

 4. Escriba una frase motivante. Y déjala cerca, en la mesa de noche o a la par del despertador. Puede ser cualquier frase, pero que sea algo significativo, que nos vaya a “picar” y nos levante de la cama. Puede ser algo muy propio, que nos recuerde la razón por la que estamos entrenando; algo así como “Aquí está la maratón de Boston, ¿vienes por ella o te quedarás ahí durmiendo?” O algo así como “tus sueños se cumplen afuera en la calle, no ahí en la cama, ¡levántate!”. ¡Que sé yo!, lo que sea, es muy personal. Puede ser una imagen incluso, una medalla, lo que sea. Pero un elemento que veamos apenas abrimos los ojos y nos motive a salir.

 5. Acuéstese temprano. Quizás demasiado obvio este consejo, y mucho más fácil decirlo que hacerlo, pero vamos, tiene que estar en la lista. A veces no nos queda más opción que desvelarnos por algún motivo importante, pero también sucede que por ver una película que de por sí hemos visto siete veces nos dormimos más tarde de la cuenta. Especialmente antes de entrenamientos claves (como un fondo o un trabajo de velocidad) es buena idea planear la rutina de la noche con antelación para meterse al saco sin demoras ni demasiada vuelta. Al día siguiente todo será más fácil.

¡Buenas noches!

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