LA PÁGINA DE LOS CORREDORES

Correr largas distancias cambia la forma de los pies

Correr largas distancias cambia la forma de los pies

Con cada zancada que damos el peso del cuerpo cae sobre uno de nuestros pies. Cuando caminamos o simplemente cuando estamos de pie, sucede lo mismo, pero al correr la fuerza del impacto es mucho mayor y el pie sufre transformaciones luego de sesiones largas de entrenamiento.

Las ampollas, uñas negras y otras lesiones que sufrimos especialmente en esos días de fondo pueden ser causados por cambios en la forma del pie mientras corremos. Un estudio reciente analizó la forma del pie derecho de 22 atletas antes y después de correr una prueba de 35 kilómetros. Los investigadores encontraron que luego del largo entrenamiento la forma del pie había cambiado en varios aspectos. 

El arco del pie, por ejemplo, se deformó debido a las cargas repetitivas que recibió el pie durante las casi dos horas que duraron los atletas en promedio en completar la distancia (eran atletas de elite). Los investigadores creen que la fatiga muscular y cambios en los tejidos blandos del pie también influyen en la deformación del pie luego de entrenamientos tan largos.

Otro descubrimiento muy relevante del estudio fue que el volumen del pie se redujo luego de los 35 kilómetros, lo cual podría afectar negativamente la comodidad y el ajuste correcto de los tenis y causar lesiones en la piel. Los atletas se amarran los cordones con base en la forma de su pie antes de empezar a correr, pero luego, cuando la forma y el volumen del pie cambian, no es usual detenerse a hacer ajustes, lo cual podría causar lesiones como ampollas, moretones o uñas negras.

Algunos estudios han encontrado que hasta el 39% de los corredores de una maratón se acercan a los toldos médicos para atender problemas relacionados con ampollas, lo que lo hace un problema muy común. La causa de tanto malestar podría estar en ese pequeño "hueco" o vacío que se forma al reducirse el volumen del pie luego de tantos kilómetros.

El consejo de los investigadores, curiosamente, va dirigido hacia los fabricantes de tenis y no hacia los atletas. Es improbable, después de todo, que los corredores se detengan en media carrera a reajustar los tenis. Los investigadores sugieren que los fabricantes tomen en cuenta estos cambios de forma en el pie para que logren diseñar tenis que se ajusten mejor luego de muchos kilómetros.

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